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Millones de animales son cruelmente sacrificados tras cierre de industria cárnica

Una incontable cantidad de pollitos, gallinas, cerdos y vacas nacidos y criados por su carne, huevos y leche están siendo brutalmente asesinados tras el cierre de plantas procesadoras, empacadoras y frigoríficos mundiales como parte de las medidas para evitar la propagación del Covid-19.

Como ya no son requeridos por la industria, los animales dejan de ser rentables porque el costo de su mantenimiento es mayor que el valor de su carne en el mercado. Entonces, son sometidos a prácticas dolorosas y crueles de aniquilamiento masivo, como asfixia, ahogamiento o abatimiento a tiros.

En Estados Unidos ya han cerrado entre 30 y 40 plantas debido a las tasas de infección de Covid-19 entre el personal, lo cual derivó a que se sacrifiquen a millones de gallinas con una espuma a base de agua, similar a la que se utiliza en incendios, que les causa un sufrimiento prolongado hasta su eventual muerte.

Los cerdos, por su parte, también comparten el mismo cruel destino de las gallinas. Solo en Estados Unidos, cerca de 10 millones de porcinos podrían ser sacrificados en estos meses implementando gases, disparos, sobredosis de anestesia o traumas físicos, que implican contusiones, abrasiones, laceraciones, hemorragias internas o fracturas óseas golpeando a los lechones contra el suelo.

A las vacas tampoco les toca un mejor destino. En Estados Unidos. muchos productores lácteos envían a sus vacas al matadero para convertirlas en hamburguesas después de que el coronavirus redujo la demanda de leche y aumentó la compra minorista de carne barata. Se calcula que las lecherías estadounidenses podrían reducir el tamaño de su rebaño este año en 80,000 a 90,000 este año.

La misma cruenta realidad alrededor del mundo

En India, a ante la caída de la demanda y del precio pagado por el pollo debido al brote de coronavirus, varios avicultores decidieron deshacerse de sus animales porque, argumentan, no pueden hacerse cargo de los costos de alimentación para los mismos. De hecho, un granjero de Karnataka, un estado sobre las costas del mar Arábigo, se ha vuelto viral porque cargó a unos 6.000 pollitos en un camión y los enterró vivos.

Por su parte, en la ciudad china de Wuhan, donde comenzó el brote, algunos avicultores sacrificaron a sus aves jóvenes o las dejan morir de inanición, sin cuidados básicos, alimentos ni agua ante la prohibición del traslado de aves de corral vivas.

Las operaciones de envasado de carne ponen en riesgo a los trabajadores

Recientemente, la industria del envasado de carne fue noticia al convertirse en los principales lugares para la propagación del virus, ya que, en muchos países, los mataderos se consideraban una actividad esencial y se mantuvieron operativos durante la crisis de Covid-19.

Una fábrica llamada Smithfield, el noveno procesador de cerdos más grande de EE. UU., confirmó al menos 644 casos vinculados a sus instalaciones factoriales hasta el momento. Otras compañías de procesamiento de carne, como JBS y Tyson Foods, dos de las empacadoras de carne más grandes del mundo, también han contado con varios trabajadores infectados. De hecho una planta de Tyson en Perry, Iowa, registró 730 casos de coronavirus, casi el 60 por ciento de sus empleados, y otra instalación en Waterloo, Iowa, contó con 1,031 casos reportados entre unos 2,800 trabajadores.

Situaciones similares se vivieron en Canadá, España, Irlanda, Brasil y Australia, lo que hace que sea difícil de creer que esto sea solo una mera coincidencia. De hecho, los horarios prolongados en los que los trabajadores trabajan a la par que se mantienen cerca físicamente, la exigencia del trabajo y la vulnerabilidad social a la que están expuestos (salarios bajos, a menudo inmigrantes y con poco acceso a la atención médica) podrían dar algunas pistas de por qué la industria del envasado de carne se convirtió en una bomba de tiempo para la propagación de esta nueva enfermedad.

Los cierres de las plantas fueron una medida importante para proteger a los trabajadores. Pero no pueden hacerse a expensas de los animales. Ninguno merece ser innecesaria y brutalmente asesinado mientras está vivo y consciente a través de métodos que implican el sofocamiento, la asfixia, el ahogo, entre otros.

El consumo de animales es lo que mantiene viva a esta cruel industria, y asimismo, uno de los principales factores que pueden llegar a conducir a futuras pandemias. A lo largo de las últimas décadas, la demanda de carne, huevos y leche ha llevado a la intensificación de la agricultura animal, en confinamiento extremo y con condiciones sanitarias deplorables, lo cual abre la puerta hacia la aparición de nuevas enfermedades infecciosas, como el Covid-19.

Y cuando llega un brote de enfermedad, nuevamente son algunos de los animales quienes sufren más. Si queremos evitar que mueran vacas, pollitos y gallinas a mansalva e inclusive miles de personas sabiendo que​ la producción y el consumo animal pueden estar detrás de otros casos de brotes de enfermedades por venir en el futuro, entonces, ¿por qué seguimos consumiendo animales? Una dieta vegana no sólo es posible, sino también deliciosa y saludable. Conoce cómo comenzar ahora​.

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