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Activistas piden fin de maltratos en la industria del huevo


Una vez más la ONG internacional Sinergia Animal utilizó creatividad y salió a calles de Santiago para pedir más ética a empresas chilenas, con respecto al trato de los animales usados en la producción de alimentos.

Con rostros pintados simbolizando llanto, los activistas protestaron frente a tres locales de la famosa red de panaderías Castaño, en pleno Providencia. Ellos usaron carteles con fotos de gallinas en condiciones precarias, confinadas y heridas en jaulas de metal, y otras señales que decían ‘Castaño: Alto en dolor, Alto en crueldad’.

“Lamentablemente, las empresas chilenas han resistido bastante a adoptar políticas de ética corporativa para eliminar las formas más crueles de confinamiento animal en sus cadenas de abastecimiento”, dijo Diamela Covarrubias, coordinadora de la ONG en Chile. "Castaño es una de ellas. La compañía está ignorando nuestros pedidos de que se comprometen a no usar huevos de gallinas enjauladas en sus productos", agregó.

En la producción industrial de huevos en Chile, millones de gallinas son confinadas en las llamadas jaulas en batería convencionales. Este sistema de producción es considerado extremadamente cruel y ya ha sido prohibido en más de 30 países, pero el 99% de los productores chilenos todavía lo usan.

En las jaulas, cada animal tiene un espacio menor que una hoja de papel A4 para vivir y por eso son prácticamente incapaces de moverse, caminar e incluso abrir sus alas completamente. Estudios científicos muestran que la falta de movimiento causa problemas dolorosos en los animales, como la osteoporosis por desuso.

Varias empresas nacionales e internacionales -como McDonald's, Burger King, Subway, Nestlé, Doggi's y Juan Maestro- ya se comprometieron a acabar con este sistema considerado cruel y solamente usarán huevos de gallinas libres, criadas en sistemas libres de jaulas, en sus ingredientes. La ONG Sinergia Animal, que trabaja en Chile, Brasil, Argentina y Colombia, promete seguir haciendo ruido hasta que las empresas chilenas que no quieren adherirse al movimiento cambien de opinión.

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