60% de la leche analizada en Estados Unidos tiene pesticidas o antibióticos
Un nuevo estudio publicado en el Public Health Nutrition Journal demostró que la mayoría de las muestras de leche estudiadas por científicos de la Emory University en Atlanta daba resultado positivo para pesticidas, antibióticos ilegales y hormonas de crecimiento (estas últimas podrían ser sintéticas o producidas por el organismo de la vaca).
El grupo analizó un total de 69 muestras de leches tomadas de tiendas minoristas en nueve regiones de Estados Unidos. Un 60% de las muestras de leche convencional presentaba pesticidas (¡incluyendo algunas muestras orgánicas!). También, un 60% de las muestras de leche convencional dio positivos para residuos antibióticos. Algunos de ellos, como la sulfametazina y el sulfatiazol, ni siquiera son de uso permitido en vacas lecheras. Otras, como la amoxicilina, estaban en niveles superiores a los permitidos por la FDA (Food and Drug Administration).
La resistencia a los antibióticos es una amenaza global
De acuerdo con la ONU, la resistencia a los antibióticos es una de las mayores amenazas a la salud global, la seguridad alimentaria y el desarrollo, y está directamente relacionada al uso irresponsable de estas drogas tanto en la medicina humana como en la producción de animales.
Aparte de la falta de control del uso de estos productos en la mayoría de los países, la ONU estima que en 2010 63,151 toneladas de antibióticos fueron utilizadas solamente en la ganadería. En algunos países, aproximadamente el 80% del consumo total de antibióticos es para el sector de producción animal, principalmente para promover el crecimiento en animales sanos. Y se espera que esto empeore: dos tercios del incremento de uso de antibióticos será para el sector de producción animal, con uso en cerdos y pollos que se prevee doble las tasas actuales.
Se espera que para 2050 surjan nuevas superbacterias infecciosas, resistentes a antibióticos, que podrían matar a 10 millones de personas por año en el mundo - más que las víctimas de cáncer actualmente - a no ser que se tomen medidas. ¿Por qué usar antibióticos?
El uso indiscriminado de químicos es escandaloso, pero no es ninguna sorpresa que la industria láctea tenga que utilizar químicos y antibióticos.
Las vacas son constantemente ordeñadas, con frecuencia por máquinas, lo que significa para muchas de ellas padecer mastitis severa, dolorosas infecciones en las glándulas mamarias, que se pueden incluso desarrollar y causar necrosis en las mamas. La falta de higiene es común en las granjas industriales, dado que la mayoría del tiempo están confinadas en lugares sucios, lo que agrava estos problemas.
Ellas son inseminadas constantemente y siempre están preñadas. Después de todo, como cualquier otro mamífero, es necesario tener un bebé para producir leche. La industria le exige mucho más a sus cuerpos de lo que necesitaría un ternero.
En Francia, una investigación conducida por la ONG de protección animal L214 sobre vacas fistuladas descubrió que en la compañía Sanders, vinculada con el grupo industrial Avril, uno de los más grandes del país, 220 vacas lecheras son mantenidas con el “objetivo” de producir 1,2 millones de litros de leche por año. Cada una produce tres veces la cantidad de leche que necesitaría su propio ternero.
Sus vidas son tristes, especialmente porque no pueden cuidar de sus bebés. Los terneros pasan sólo unos pocos días con sus madres ya que de beber su leche la producción se reduciría, y eso es motivo de desesperación para ambos. Las vacas son animales inteligentes y sociables y tienen relaciones muy afectivas con sus crías. Existen reportes de madres que lloran durante noches, sufriendo por estar lejos de sus bebés.
"Pero la leche es buena para la salud"... Mmm, yo no estaría tan seguro de eso
La presencia de pesticidas, antibióticos y hormonas de crecimiento en un producto de consumo diario es alarmante, pero este no es el único riesgo que viene con la leche. Más allá de lo que la industria ha intentado hacernos creer durante las últimas décadas, el consumo de leche está relacionado a muchas enfermedades, como alergias, fracturas de huesos, diabetes y varios tipos de cáncer.
Un estudios publicado en el American Journal of Epidemiology realizó el seguimiento del consumo de leche, fruta y verduras en más de 140,000 participantes. Los que consumen más leche y menos porciones de frutas y vegetales tenían mayores tasas de mortalidad. Los científicos creen que un mayor consumo de leche podría acortar la esperanza de vida debido al estrés oxidativo.
Con respecto a las mujeres, las cifras son aún peores: la tasa de mortalidad fue casi tres veces más alta entre las que consumen tres o más porciones de lácteos por día y hasta una porción de frutas o vegetales, en comparación a las mujeres que consumen menos de una porción de lácteos al día y cinco o más porciones de frutas y vegetales.
Existen abundantes pruebas de que los productos lácteos no son sólo malos para el medio ambiente y para los animales, también lo son para nuestra salud. Si tenemos tantas alternativas a base de plantas, por qué poner en peligro nuestra salud?
Todos los nutrientes que creemos que la leche nos aporta se pueden encontrar en una dieta vegana. ¿Estás listo para intentarlo? Haz click aquí y únete a nuestro Desafío 21 Días Veg.